El mundo está cambiando cada vez más deprisa… y las necesidades de la gente y de las empresas también lo están haciendo al compás. Construir los sistemas que nos permitan cubrir esas necesidades es uno de los retos más mayúsculos que nos hemos podido encontrar en nuestra vida, pero no hay que asustarse, sino trabajar con denuedo para conseguirlos. La sociedad y la tecnología está dando muchas respuestas a esas nuevas necesidades y son muchas las empresas y las personas que ya están sacando rédito de ello.
Aquí tenéis una pequeña relación de cosas que están cambiando en el mundo a día de hoy:
- Las comunicaciones. Se han reforzado hasta límites que no podíamos sospechar hasta hace apenas una década, principalmente gracias a las redes sociales.
- La tecnología industrial. La cantidad de maquinaria que tenemos a día de hoy y su calidad nos permite realizar trabajos en tiempos récord.
- Los sistemas de gestión empresarial. Hay softwares que se han ido generando a lo largo de estos últimos años se han consolidado y permiten que la gestión de todos los procesos que están ligados a la administración de una empresa sean mucho más simples y no requieran una cantidad tan grande de burocracia como antes.
Esos son solo algunos ejemplos. Pero ahora os voy a hablar de una de las áreas que, desde mi punto de vista, más se ha transformado de un tiempo a esta parte: el marketing.
A lo largo del siglo XX y los primeros años del siglo XXI, la publicidad se basaba en hacer anuncios para televisión, diseñar cuñas para distintas cadenas de radio, crear imágenes llamativas para ser instaladas en mobiliario urbano como mupis o vinilos en autobuses y en la impresión de catálogos que después se repartían en el área donde se ubicara nuestro público objetivo. Hay mucha gente que sigue confiando en ese tipo de cosas. Yo no voy a criticar eso, faltaría más, pero es verdad que la publicidad demanda ahora algo más para hacer de nuestra empresa una entidad competitiva.
Nunca he sido un profesional del marketing, pero sí que me he interesado por algunas de las cosas que rodean a este campo porque entiendo que me pueden resultar útiles para la gestión de mi negocio. En la actualidad, dispongo de una pequeña línea de restaurantes ubicados en diferentes ciudades del interior peninsular. Esta línea de negocio es relativamente nueva puesto que comencé con ella después de la pandemia. En el momento en el que decidí apostar por esto, supe que tenía que tener clara la estrategia de marketing que iba a seguir para que mi negocio fuera conocido porque, como es lógico, partía con desventaja con respecto a los demás competidores que ya tenían su nicho de negocio y varios años de experiencia en el sector.
Hay varios campos en los que me interesaba destacar:
- Redes sociales. Está claro que, sin ellas, las opciones de generar un impacto entre el público objetivo son mucho más limitadas. Tenía claro que necesitaba distintos perfiles de redes sociales para empezar a construir mi imagen e informar a los clientes potenciales de que tenían un nuevo restaurante al que poder acudir si lo deseaban.
- Página web. Siempre la he visto como el elemento de referencia en lo que respecta al marketing digital de un negocio. Es el entorno en el que más voy a poder hablar sobre mí mismo, donde mejor voy a poder explicar cómo hago mi trabajo y la calidad con la que lo genero.
- Posicionamiento SEO y SEM. Creo que el primero es necesario más a largo plazo, pero el segundo es importante para que me empiecen a conocer de inmediato, aunque sea pagando anuncios en Google o en redes sociales como Facebook. En todo caso, esos anuncios son necesarios para maximizar mi visibilidad.
Lógicamente, yo sé lo que quiero para enfocar la estrategia publicitaria, pero soy especialista en el negocio de la hostelería, no del marketing, así que nunca he sabido cómo ejecutar esas estrategias publicitarias y la verdad es que, en caso de que hubiera sabido hacerlo, casi con total seguridad no habría dispuesto del tiempo suficiente como para ponerme manos a la obra en ese sentido.
Como el marketing digital es un elemento que siempre he considerado elemental para que un negocio funcione, rápidamente me puse a buscar proveedores que me pudieran dar servicio en todas las estrategias publicitarias digitales que llegaran a mi público objetivo. En mi caso, opté por Publigar ya que, en su página web, vi que se encontraban puntos que a mí me parece que son fundamentales: diseño web, redes sociales y posicionamiento SEO y SEM. Había llegado la hora de empezar a dar a conocer mi cadena de restaurantes a todas las personas. Aunque sentía algunos nervios lógicos, tenía bastante claro que aquello iba a funcionar.
Y lo cierto es que así ha sido. Hay mucha gente que dice que he tenido suerte porque, después de la pandemia, da la sensación de que hay muchas personas que han decidido aprovechar cada segundo de su vida y pensar menos en el futuro, lo que conlleva que salgamos más y disfrutemos del dinero que tenemos en ese momento en el bolsillo (lo que implica, de alguna manera, comer más veces fuera de casa junto a nuestros familiares, amigos o compañeros de trabajo). Pero yo creo que no todo ha sido por culpa de eso. Las estrategias publicitarias que puse en funcionamiento para mi negocio están funcionando y ya tengo una base muy sólida de clientes fijos.
Cualquier tipo de negocio se está centrando en las nuevas alternativas digitales
Cualquier empresa que se precie está empezando a usar las nuevas tácticas de marketing digital para darse a conocer. Está fuera de toda duda el hecho de que cada vez más gente que pasa tiempo en Internet y que por tanto va a recibir publicidad en su teléfono móvil, en su ordenador o en cualquier otro dispositivo tecnológico que esté usando para navegar por Internet.
En un gráfico publicado en la web de Statista se muestra la inversión que las empresas de nuestro país han ido haciendo en publicidad digital desde 2012 hasta 2023. Podemos ver cómo, en el primero de esos años, esa inversión apenas llegaba a los 880 millones de euros en el conjunto de nuestra economía. Pero es que, para 2023, esa cantidad ya superaba los 2.800 millones de euros. O lo que es lo mismo: se ha multiplicado por más de 3 la inversión. Y es que no es para menos.
Según en qué páginas veamos esta información, las cifras pueden bailar. De acuerdo con una información publicada en la página web Marketing4Ecommerce, la inversión en publicidad digital en España ya se situaba en más de 4.900 millones de euros en el año 2023, lo que implicaba un crecimiento de un 9’8% con respecto a 2022, impulsada por las redes sociales y por los formatos display. Sea cual sea la cifra correcta, no cabe la menor duda de que estamos hablando de una ciencia que es imparable y que ha venido a nuestros días para quedarse.
Esta es la muestra de que el marketing digital ya no es el futuro, sino que es el presente más absoluto. Con independencia de cuál sea el sector en el que se encuentra un negocio y el tamaño que tenga dicha empresa, el marketing digital va a ser una necesidad imperiosa para ellos. No hay una herramienta que tenga un poder mayor de atraer clientes que el marketing digital. Ese es el motivo por el que hay un montón de entidades que han podido crecer sin gastar un solo euro en la publicidad más tradicional y que, aunque puede tener su impacto a día de hoy, sí que ha quedado en un segundo plano.
Y el marketing digital no solo está creciendo como consecuencia de que tenga una capacidad extraordinaria de atraer gente para un negocio, sino que también lo está haciendo porque es mucho más medible que el de la publicidad tradicional. Podemos comparar y ver si podemos medir mejor el número de personas que visita nuestra página web (algo que se puede comprobar echando un vistazo a nuestra cuenta en Google Analytics) que el de un anuncio que ponemos en una marquesina de autobús situada en una calle por la que no sabemos cuántos coches y personas pasan cada día.
Estamos en una época fascinante y en la que existe una cantidad más grande de posibilidades de hacer crecer a nuestro negocio. Hay soluciones para empresas de todo tipo y la verdad es que eso es lo que, de algún modo, hace posible que incluso los negocios más pequeños puedan llegar a adquirir un tamaño que ni siquiera sus dueños se planteaban tener en el momento de la constitución de la empresa. Ojalá que este tipo de situaciones sea mucho más habitual en el futuro. Significará que estamos haciendo muy bien las cosas en términos publicitarios.