Productos biodegradables, siempre actuales

Lo sostenible ha dejado de ser una moda para convertirse en algo habitual, siempre presente en nuestro día a día. Aunque todavía queda un largo camino para alcanzar la sostenibilidad máxima, ya no se trata de una novedad o algo que solo conocen unos pocos. Toda empresa que se precie, aboga por las políticas sostenibles, al mismo tiempo que la sociedad y la política, hacen lo mismo. Poco a poco, todos vamos cogiendo el mismo camino, cada uno a su ritmo, pero teniendo en cuenta que todo es por el planeta.

Dentro de la sostenibilidad, existen diversos conceptos o términos que tenemos que interiorizar y con los que convivimos. Compostable, reciclable o biodegradable, son algunos de ellos y, precisamente sobre los productos biodegradables queremos hablar en este artículo. Es muy frecuente encontrarse con términos como biodegradabilidad, bolsas biodegradables, materiales biodegradables… y normalmente, nos hacemos una idea de lo que significan y somos capaces de hablar de ellos. Sin embargo, no sabemos con precisión de que se trata, tan solo, nos quedamos en la superficie del término.

Puesto que se trata de algo siempre de actualidad y que se va a quedar entre nosotros para siempre, no está de más conocer todo lo necesario sobre lo que implica la biodegradabilidad de materiales o productos. Empezando por tener clara su definición y conocer aspectos relevantes sobre lo que implica. De manera que debemos saber que, se considera como material biodegradable aquel que puede descomponerse por la acción de microorganismos como bacterias y hongos, dentro de un corto periodo de tiempo, transformándose en nutrientes, dióxido de carbono, biomasa y agua. Este tipo de descomposición resulta positiva para el ecosistema, ya que permite el reciclado de muchos nutrientes.

Para que un material se considere como tal, debe descomponerse sin dejar residuos tóxicos en el ambiente, como pueden ser elementos químicos o gases. Además de evitar una mayor contaminación, evita que se acumule basura ya que, al degradarse, desaparece.

La biodegradabilidad tiene grados

Como todo en esta vida, existen grados hasta en cuestiones biodegradables. En función del tipo de material del que se trate, se habla de mayor o menor biodegradabilidad, como hemos podido comprobar en Plásticos Alhambra, empresa encargada de fabricar todo tipo de bolsas biodegradables y compostables entre otros. Así hemos sabido que estos grados indican como de biodegradable es un material, el cual se extrae del tiempo que tarda en descomponerse. Si un material tarda dos meses en degradarse por completo, en tanto que otro, tarda cuatro, el primero poseerá un mayor grado de biodegradabilidad frente al segundo. Esto se debe a que necesita un menor tiempo para su descomposición.

Para obtener estos resultados y conocer el grado de biodegradabilidad de un producto o material, hay que tener en cuenta que el proceso de degradación de un material, se relaciona estrechamente con las condiciones del ambiente. Es decir, en un ambiente cálido, el material biodegradable se degrada con mayor facilidad que en un ambiente frío. Conviene comentar que la biodegradación no se produce únicamente de forma aérobica, es decir, al aire libre y expuesto al oxígeno. También es posible que se realice de forma anaeróbica, sin oxígeno, como puede ser el caso de materiales enterrados.

En cualquiera de las situaciones, lo bueno de este tipo de materiales, es que están hechos de elementos naturales, por lo que los microorganismos pueden consumirlos, contribuyendo a su vez, a que el ciclo de vida, siga su curso.

Se consideran como materiales biodegradables el papel, el cartón o cualquier tipo de material orgánico. Son cada vez más las empresas que ofrecen bolsas y embalajes fabricados con este tipo de materiales, con la finalidad de contribuir de forma positiva, a minimizar y reducir el impacto medioambiental.

Es posible incluso, fabricar bolsas de aspecto similar al plástico pero con materiales orgánicos que, hacen posible que se degrade. En la mayoría de los casos, el material biodegradable se compone de elementos cien por cien naturales, lo que hace que a su vez, sea compostables. Es decir, degradable en la naturaleza y convertible en abono.

Respecto a las bolsas biodegradables, podemos asegurar que su apariencia y resistencia es similar a la de las bolsas de plástico de toda la vida. Por lo que la única diferencia que se puede encontrar en ellas, es los materiales con los que se fabrican, en el caso de las biodegradables, naturales y sostenibles.

Este tipo de productos proporcionan numerosas ventajas, siendo uno de ellos que el resultado de su biodegradación, constituye una fuente de nutrientes para el medio ambiente. Tal y como ocurre con las tierras y plantas estudiadas por los investigadores, los suelos fertilizados con elementos naturales, se ven sometidos a cambios, manteniéndose en mejores condiciones, sirviendo de base para obtener una vegetación más fuerte y saludable. Además de que la creación de los productos biodegradables, impulsa la economía circular que apuesta por prolongar al máximo, la vida de los artículos, evitando la producción de basura.

Más aportes de los productos biodegradables

Como ya hemos comentado, este tipo de productos contribuyen a reducir la producción de residuos y favorecer la económica circular. Además, los productos biodegradables correctamente tratados, proporcionan diferentes ventajas, como por ejemplo que no tienen que separarse de otros biorresiduos como los restos de comida o vegetales. Por lo que pueden gestionarse juntos.

Por otro lado, los productos además, compostables, se utilizan donde aportan valor, como las aplicaciones en las que el envase queda lleno de restos orgánicos, generando residuos de difícil gestión. Un claro ejemplo de ello, lo encontramos en la capsulas de café que no suelen reciclarse por ser demasiado pequeñas, lo que no compensa económicamente a las empresas de reciclado y, además tienen restos orgánicos.

Otro ejemplo, lo encontramos en las bolsas de infusiones monodosis, en cuyo caso, separar los restos orgánicos del envase resulta muy complicado. Otro tanto sucede con las etiquetas de la fruta que suele terminar en el contenedor de residuos orgánicos. Tratándose de elementos compostables, se garantiza su degradación, siempre que sean sometidos al tratamiento correcto.

El sector de los envases y la alimentación, se encuentra entre los que más fuerte apuestan por utilizar productos biodegradables, junto con la agricultura. En este sector existen aplicaciones que aportan valor, como pueden ser los acolchados y tunelillos, papel film muy fino colocado a ras de la tierra que no se puede recoger para reciclar de forma mecánica, por lo que hacerlos con materiales biodegradables, garantiza su descomposición sin dejar residuo.

Encontramos más ejemplos en los tutores utilizados en los campos de cultivo. Apostar por los productos biodegradables en lugar de hacerlo por otros plásticos, evita que se contamine el entorno. Al mismo tiempo, reduce la tarea de los agricultores que, no se ven obligados a separarlos uno a uno para proceder a su reciclado.

Por lo tanto, utilizar productos biodegradables y garantizar su descomposición en las condiciones adecuadas y necesarias, proporciona ventajas a nivel medioambiental y económico. Razón por la que resulta igual de conveniente, saber cuándo un material no se considera biodegradable.

Hay que tener muy claro lo que significa biodegradable, así como ser capaz de detectar cuando no lo es. Al final, resulta que todos los materiales, habidos y por haber, terminan por descomponerse. Pero claro, algunos de ellos tardan siglos en hacerlo. Ese tipo de materiales, no se consideran como biodegradables, puesto que su descomposición no resulta eficaz ni aporta bien al ecosistema. Algo que si hacen los materiales biodegradables. Algunos de los materiales no considerados como biodegradables son el aluminio, el plástico o el vidrio. Se trata de materiales que resultan más perjudiciales para la naturaleza, ya que desprenden sustancias tóxicas en el ecosistema. Aunque cabe señalar que, si bien, no son biodegradables, son altamente reciclables.

En la actualidad, la sociedad se encuentra cada vez más concienciada con la ecología en todos los aspectos. Por esa razón, se apuesta cada vez más por este tipo de materiales, pensados y desarrollados con la finalidad de reducir todo lo posible el impacto medioambiental.

Para concluir, señalar brevemente la diferencia entre compostable y biodegradable, ya que en ocasiones, pueden inducir a error o confusión. Un producto compostable es aquel que se degrada biológicamente formando compost y produciendo en su descomposición CO2, agua, compuestos inorgánicos y biomasa sin generar residuos tóxicos.

Sabiendo de antemano que es un producto biodegradable y uno compostable, se puede afirmar que un producto compostable es biodegradable, en tanto que uno producto biodegradable, no tiene porqué ser compostable. Siempre y cuando los procesos se realicen dentro de un medio adecuado, como establece la normativa al respecto.

Tanto para los productos biodegradables como para los compostables, existen las correspondientes certificaciones que acreditan, la biodegradabilidad y la compostabilidad de cada producto. Por lo que hay que prestar atención a sus etiquetas.

En resumidas cuentas, la sostenibilidad implica conocer todos estos términos relacionados y utilizar aquellos productos fabricados en consecuencia. Los beneficios a largo plazo, redundarán en un planeta mejor, más verde y saludable para todos. Tan solo hay que actuar en el presente y seguir haciendo que la biodegradabilidad, la sostenibilidad y todo lo que implica, no sea tendencia, ni moda, siga siendo actualidad porque lo hemos integrado en nuestro día a día.

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