En España, cada vez son más las personas que deciden emprender por cuenta propia. Ya sea por la dificultad de encontrar un empleo estable o el deseo de dar vida a un proyecto personal, ser autónomo o crear una empresa es una opción atractiva para muchos. Sin embargo, cuando te decides a dar este paso, te das cuenta de que no es un camino fácil. A pesar de que existen ayudas para nuevos autónomos y pequeñas empresas, muchas veces resultan insuficientes para hacer frente a los retos que el mercado y la economía imponen. La carga impositiva, el incremento del precio de los suministros y la presión constante de las exigencias empresariales pueden hacerte sentir que estás luchando una batalla cuesta arriba.
La realidad de los autónomos en España
Si ya te has lanzado al mundo del trabajo autónomo, seguramente ya habrás notado cómo los gastos se acumulan rápidamente. En primer lugar, están los impuestos. Aunque existen beneficios iniciales para los nuevos autónomos, como la tarifa plana, una vez que estos se terminan, te enfrentas a cuotas y cargas fiscales que parecen interminables. Además de la cuota mensual de la Seguridad Social, tienes que lidiar con el IVA, el IRPF y otros impuestos que afectan directamente a tus ingresos, reduciendo considerablemente la rentabilidad de tu negocio. Para muchos autónomos, esta carga fiscal representa un obstáculo enorme para crecer, obligándoles a ajustar precios, reducir gastos e incluso replantearse su actividad.
A esto se suma la subida constante de los precios de bienes y servicios básicos, lo que dificulta aún más mantener la rentabilidad. El alquiler de locales comerciales, por ejemplo, no ha parado de subir en los últimos años, especialmente en grandes ciudades como Madrid o Barcelona, donde los precios inmobiliarios se han disparado. En algunos casos, los autónomos se ven obligados a trasladarse a zonas menos céntricas, lo que puede afectar la visibilidad de su negocio y el acceso a clientes. Además, si trabajas desde casa, el coste de la electricidad, el agua y otros suministros esenciales se ha disparado, aumentando los gastos fijos de manera preocupante.
Otro aspecto que limita a los autónomos es el acceso a financiación. Los bancos, muchas veces, no ven con buenos ojos prestar dinero a trabajadores autónomos o pequeñas empresas que aún no han demostrado una solidez financiera. Esto significa que, cuando necesitas liquidez para enfrentar pagos urgentes o realizar nuevas inversiones que podrían impulsar tu negocio, te encuentras con las manos atadas. Incluso los programas de apoyo financiero gubernamentales pueden resultar difíciles de acceder o presentar burocracia y requisitos que no siempre son fáciles de cumplir, lo que deja a muchos autónomos sin opciones reales para obtener los fondos necesarios.
Ayudas que pueden solicitar actualmente los autónomos
A pesar de esta realidad, en España existen algunas ayudas que pueden servir de respiro a los nuevos autónomos y emprendedores. Sin embargo, es importante que sepas que no todas son accesibles para todo el mundo y, en muchos casos, los requisitos son bastante estrictos.
-Tarifa plana de autónomos
Si estás comenzando tu andadura como autónomo, probablemente habrás escuchado sobre la famosa «tarifa plana«. Esta es una de las ayudas más conocidas y consiste en pagar una cuota reducida a la Seguridad Social durante los primeros meses de actividad. Actualmente, la tarifa plana para nuevos autónomos es de 80 euros mensuales durante el primer año de actividad, y puede extenderse seis meses más, si tus ingresos netos no superan el salario mínimo interprofesional (SMI).
Sin embargo, aunque esto puede parecer un alivio inicial, debes tener en cuenta que, una vez superado este periodo, tendrás que pagar la cuota completa, que puede superar los 300 euros mensuales, dependiendo de tus ingresos. Y esto sin contar el resto de impuestos y costes que tendrás que asumir.
-Ayudas para jóvenes y mujeres emprendedoras
El gobierno también ha puesto en marcha programas específicos para fomentar el emprendimiento entre los jóvenes menores de 30 años y las mujeres. Estas ayudas, conocidas como «capitalización del paro», permiten que los jóvenes puedan capitalizar el paro y utilizar ese dinero para iniciar su actividad como autónomos.
Asimismo, las mujeres que se reincorporan al mercado laboral después de haber sido madres también tienen acceso a bonificaciones en la cuota de autónomos, aunque, de nuevo, estas ayudas son temporales y se reducen con el tiempo.
-Subvenciones y créditos ICO
Otra opción que puedes explorar es la de las subvenciones y los créditos del Instituto de Crédito Oficial (ICO). Los préstamos ICO están destinados a financiar tanto proyectos de inversión como necesidades de liquidez. Pueden ser una opción interesante si estás en una fase inicial y necesitas una inyección económica para poner en marcha tu negocio. Sin embargo, al tratarse de préstamos, deberás devolver el dinero, y los intereses pueden aumentar si no gestionas bien tus finanzas.
¿Cuáles son los requisitos para acceder a estas ayudas?
Para poder acceder a cualquiera de estas ayudas, debes cumplir una serie de requisitos que, en algunos casos, pueden excluir a una parte importante de los autónomos.
Por ejemplo, en el caso de la tarifa plana de autónomos, no puedes haber estado dado de alta como autónomo en los dos años anteriores al inicio de tu nueva actividad. Además, si ya has disfrutado de la tarifa plana en el pasado, no podrás volver a acceder a ella.
En cuanto a las ayudas para jóvenes emprendedores, es necesario que estés desempleado y que tu actividad esté bien justificada en un plan de negocio. Y en el caso de las subvenciones o préstamos, el principal problema suele ser la burocracia: los plazos y requisitos pueden ser tan complicados que muchos emprendedores acaban desistiendo antes de conseguir el apoyo que necesitan.
Lo que puedes hacer si las ayudas no son suficientes
Lamentablemente, muchas veces las ayudas existentes no son suficientes para cubrir todas las necesidades de un autónomo o una pequeña empresa. En estos casos, es importante que explores otras opciones y te prepares para afrontar los desafíos financieros que puedan surgir.
Findango, una empresa especializada en la financiación de negocios según las necesidades que estos tengan en cada momento, conoce bien las dificultades que les supone a estas personas mantener una empresa a flote en un entorno tan complejo como el actual. Por eso, han compartido con nosotros una serie de consejos para poder gestionar mejor tus recursos y encontrar soluciones cuando las ayudas no te son suficientes.
- Revisar tus costes fijos
Uno de los primeros pasos que puedes dar es revisar a fondo todos los costes fijos de tu negocio. Desde el alquiler de un local hasta los contratos con proveedores, seguro que hay áreas donde puedes reducir gastos. Quizás sea el momento de renegociar tu alquiler o buscar proveedores alternativos que te ofrezcan mejores condiciones. Incluso pequeños ahorros mensuales pueden marcar la diferencia a largo plazo. - Optar por la financiación externa
Si tienes pagos urgentes que afrontar, como los salarios de empleados o facturas de proveedores, una opción a considerar es recurrir a la financiación externa. Findango, por ejemplo, ofrece productos financieros adaptados a la situación de cada empresa, permitiéndote obtener la liquidez que necesitas sin comprometer tu estabilidad a largo plazo. Este tipo de soluciones puede ser útil en momentos de crisis, cuando las ayudas del gobierno no son suficientes o no llegan a tiempo. - Refinanciación de deudas
Otra opción es la refinanciación de tus deudas. Si ya tienes préstamos o créditos, quizás sea posible renegociar las condiciones para obtener plazos más largos o reducir los intereses. Muchas entidades financieras están dispuestas a ajustar los términos de los préstamos para evitar impagos, lo que puede darte un respiro en momentos de dificultad. - Colaboración con otras empresas
A veces, la colaboración con otras empresas puede ayudarte a mejorar tu posición financiera. Por ejemplo, puedes formar alianzas estratégicas para compartir costes de marketing o logística. Estas colaboraciones no solo pueden reducir gastos, sino que también te permitirán acceder a nuevos clientes y mercados. - Explorar nuevas líneas de negocio
Si tu actividad principal no está generando los ingresos que esperabas, tal vez sea el momento de diversificar. Busca oportunidades en sectores complementarios que puedan ayudarte a aumentar tus ingresos sin necesidad de realizar una gran inversión inicial. - Mantener una gestión financiera rigurosa
Finalmente, es crucial que mantengas una gestión financiera rigurosa. Lleva un control detallado de tus ingresos y gastos, planifica tus pagos con antelación y asegúrate de tener un colchón financiero para hacer frente a imprevistos. Si no tienes experiencia en este tipo de gestión, puede ser útil contratar a un asesor financiero que te guíe y te ayude a tomar decisiones informadas.
Hay que seguir adelante
Aunque en nuestro país existan este tipo de ayudas, también es cierto que es uno de los países en los que se paga mayor número de impuestos, sobre todo si eres autónomo. Entre los impuestos, los costes de los suministros y la falta de acceso a financiación puede hacérsete todo cuesta arriba. Pero, antes de rendirte, explota todas las opciones que te queden y seguro que al final podrás hacer frente a los desafíos y seguir adelante con tu proyecto.