Cuando me planteé casarme, una de las preguntas que me rondaba la cabeza era si debía hacer separación de bienes o no.
Al principio pensé que era algo secundario, casi sin importancia. Pero, cuanto más investigaba, más claro veía que tomar una decisión podía evitarme problemas en el futuro. No es cuestión de desconfianza, sino de entender cómo afecta nuestra vida en común en términos de derechos y responsabilidades.
¿Hacer la separación de bienes… o no?
Razones para hacer separación de bienes
- Si antes de casarme ya tengo propiedades, un negocio o ahorros considerables, hacer separación de bienes me asegura que, en caso de divorcio, seguiré siendo el único dueño de esos bienes. No es egoísmo, sino es previsión. Me ha costado esfuerzo y trabajo conseguir todo lo que tengo ahora, y quiero asegurarme de que no lo perderé si la relación no funciona.
- Imagina que mi pareja decide emprender un negocio y, por mala suerte, termina endeudándose. Si estamos casados en régimen de gananciales, podrían embargar bienes que también son míos. Con la separación de bienes, cada uno es responsable de sus propias deudas, lo que evita problemas económicos graves en el futuro.
- Algunas parejas prefieren que cada uno maneje sus propios ingresos y gastos sin tener que rendir cuentas por cada compra. En mi caso, me gusta tener control sobre mis finanzas y saber que puedo administrar mi dinero sin restricciones. Con separación de bienes, esto es más sencillo, ya que no hace falta estar negociando cada gasto conjunto.
- Si ambos trabajamos y tenemos ingresos propios, la separación de bienes permite que cada quien use su dinero a su antojo. En lo personal, me gusta la idea de que, si quiero hacer una inversión o comprar algo caro para mí, no necesite la aprobación de mi pareja.
- Aunque nadie se casa pensando en divorciarse, la realidad es que puede suceder. Con separación de bienes, el proceso de división patrimonial es mucho más sencillo. Cada uno se queda con lo suyo, punto. Es así de fácil.
Razones para NO hacer separación de bienes
- El matrimonio es una unión en todos los aspectos, compartir bienes refuerza el compromiso de que todo lo construido es de ambos. Es una visión algo más tradicional, lo reconozco, pero si ambos estamos de acuerdo en que nuestra economía debe estar completamente unida, es tan válida como lo contrario.
- Si mi pareja pierde el empleo o pasa por un mal momento económico, el régimen de gananciales permite que ambos nos apoyemos legales. Cuando hay confianza, compartirlo todo puede hacer que ambos nos sintamos más unidos y apoyados.
- Con separación de bienes, a veces hay que aclarar a quién pertenece cada cosa, lo que puede ser complicado. Con gananciales, no hay que preocuparse por eso, porque todo se comparte.
- Si uno de los dos fallece y los bienes están solo a su nombre, la pareja podría tener problemas legales para acceder a ellos. Con gananciales, todo es de los dos, lo que evita complicaciones en momentos difíciles.
Ten cuidado: algunos pueden ver la separación de bienes como una falta de confianza, lo que podría generar tensiones si no están totalmente de acuerdo.
¿Cómo se hace la separación de bienes?
Si decides optar por el régimen de separación de bienes, hay que seguir algunos pasos para asegurarte de que todo esté en orden. Aunque suene complicado, es un proceso bastante sencillo si cuentas con el apoyo adecuado.
Profesionales que pueden ayudarte
Para que la separación de bienes sea efectiva y legal, es recomendable acudir a los siguientes expertos:
- Notario: La Notaría Pérez Juan, que cuenta con los mejores servicios de notaría en Almoradí, nos hace saber que este profesional es clave porque, ante él, también firmarás las capitulaciones matrimoniales, el documento que oficializa la separación de bienes.
- Abogado especializado en derecho de familia: No es obligatorio, pero si tienes un patrimonio amplio o dudas sobre el proceso, contar con un abogado puede ser de gran ayuda.
- Registrador Civil: No necesitas verlo en persona, pero es fundamental registrar las capitulaciones en el Registro Civil para que tengan validez legal.
- Asesor financiero o contable: Si tienes empresas, inversiones o propiedades importantes, un asesor puede ayudarte a organizar y optimizar tu patrimonio.
Pasos para establecer la separación de bienes
- Lo ideal es firmar las capitulaciones matrimoniales antes de casarte. Acudes al notario, ambos firman el documento, y luego se inscribe en el Registro Civil.
- Si ya estás casado bajo el régimen de gananciales y quieres cambiar a separación de bienes, también es posible. Pero, ojo, necesitas el consentimiento de ambos cónyuges. Además de firmar las capitulaciones ante notario, hay que liquidar el régimen de gananciales, es decir, hacer un reparto de los bienes adquiridos hasta ese momento.
- Una vez firmado el documento, hay que registrarlo. Este paso es clave porque, sin inscripción, las capitulaciones no tendrán efecto frente a terceros.
Es un proceso rápido si ambos lo tienen claro. Aunque parezca algo formal, en realidad es una manera de cuidar la economía de cada uno y evitar problemas más adelante.
¿Y en caso de divorcio?
Si has optado por la separación de bienes, la situación económica en caso de divorcio es bastante sencilla: lo tuyo es tuyo, y lo de la otra persona es suyo. Esto significa que no hay que dividir ni hacer cuentas complicadas. Cada uno mantiene lo que está a su nombre y punto.
Pero, por supuesto… hay matices.
Beneficios de la separación de bienes en un divorcio
- Evitas discusiones sobre lo que le pertenece a cada quien.
- El proceso es más rápido y barato, sin repartir bienes.
- Cada uno mantiene el control de su dinero y propiedades.
- Los bienes previos al matrimonio siguen siendo solo de cada uno.
- Las deudas de uno no afectan al otro.
- Es más fácil manejar los bienes si hay un segundo matrimonio.
- Menos conflictos emocionales, porque todo está claro desde el principio.
Eso sí, hay aspectos importantes que hay que tener en cuenta:
- Si está a nombre de uno solo, el otro podría reclamar su uso si hay hijos menores y se le otorga la custodia.
- Si uno de los cónyuges queda en situación de desigualdad económica tras el divorcio, podría solicitar una pensión compensatoria.
- Si hay una empresa fundada durante el matrimonio, aunque haya separación de bienes, podría haber derechos económicos derivados de la aportación de trabajo o gestión del otro cónyuge.
¿Y si el matrimonio era en régimen de gananciales?
Cuando un matrimonio es bajo el régimen de gananciales, todo lo que se adquiere durante el matrimonio se considera de ambos, sin importar a nombre de quién esté. Esto significa que, al divorciarse, todo debe dividirse en dos partes iguales. Esto puede ser más complicado que si el matrimonio estuviera bajo separación de bienes.
Uno de los primeros pasos es hacer un inventario de todos los bienes comunes y establecer su valor. Esto puede generar desacuerdos, especialmente si no hay consenso sobre cómo valorarlos. Además, si ninguno de los dos quiere vender la vivienda familiar ni puede comprar la parte del otro, la situación se complica todavía más.
Además de los bienes, también se deben dividir las deudas. Si durante el matrimonio se adquirieron préstamos o hipotecas, ambos son responsables de pagarlos, sin importar quién los solicitó. Esto puede generar tensiones económicas, ya que las deudas también se reparten.
Otro tema que puede causar fricciones son las cuentas bancarias compartidas. Si ambos habéis ahorrado dinero en una cuenta conjunta, los dos tenéis derecho a la mitad, aunque uno de los dos haya aportado más. Esto puede parecer injusto, a verdad, pero es la norma en el régimen de gananciales.
- Como ves, el régimen de gananciales obliga a dividir todo lo adquirido durante el matrimonio en dos, lo que puede llevar a disputas y hacer que el proceso de divorcio sea más largo y caro.
- Por otro lado, la separación de bienes ofrece más claridad y facilita las cosas, ya que cada quien se queda con lo suyo.
Tú decices si confiar en tu pareja o no
Al final, decidir si confias o no en tu pareja es algo muy personal en lo que nadie debería de meterse. La confianza es la base de una relación, y de eso no existe ninguna duda, pero también hay que pensar en cómo manejar lo que se comparte, tanto emocional como económicamente. La confianza se construye con el tiempo, siendo sinceros y hablando claro. Pero ten en cuenta, además, que si te has casado con ella… no ha sido de un día para otro. ¿Verdad?
Cuando estás en pareja, lo que decidáis respecto a los bienes puede cambiar mucho las cosas. Si cada uno mantiene lo suyo, se evitan líos si algún día las cosas no funcionan. Pero si todo se comparte, se siente como un equipo, y eso puede fortalecer la relación.
Lo más importante es hablar de todo esto sin miedo. Ambos deben estar en la misma página y entender lo que implica cada decisión. Al final, la confianza está en compartir, entender y respetar las decisiones que ambos toméis.