El asesoramiento fue clave para instalar energía de autoconsumo en mi oficina

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Llevo años dirigiendo mi propia empresa, y una de las cosas que más me preocupaban era la factura de la luz. No solo porque el precio de la electricidad sube constantemente, sino porque también quiero que mi negocio sea mucho más sostenible.

Había oído hablar mucho de la energía de autoconsumo, pero no tenía claro cómo funcionaba ni si realmente era una opción viable para mi oficina. Lo primero que hice fue investigar por mi cuenta.

Encontré muchísima información en internet sobre placas solares, baterías y sistemas de gestión energética. Pero, cuanto más leía, más dudas tenía. No sabía cuántos paneles necesitaba, si podía aprovechar las subvenciones, cómo funcionaban los trámites o cuánto iba a tardar en amortizar la inversión.

 

El primer paso fue encontrar a los expertos adecuados

No quería lanzarme a ciegas a una inversión tan importante sin la ayuda de alguien que realmente supiera del tema. Contacté con varias empresas especializadas en energías renovables y, después de varias reuniones, elegí una que me transmitió confianza y que tenía experiencia en proyectos similares al mío.

Afortunadamente, en ese proceso encontré a Elemar Ingenieros, una empresa de ingeniería de calidad que me asesoró en cada paso del camino. Su apoyo fue clave para tomar la mejor decisión y hacer realidad el proyecto de autoconsumo en mi oficina.

Desde el primer momento, el equipo de asesoramiento fue clave. Me explicaron con claridad qué significaba el autoconsumo energético y cómo podía adaptarse a las necesidades de mi oficina. No intentaron venderme el sistema más caro ni me bombardearon con tecnicismos, sino que se centraron en lo que realmente importaba: optimizar el consumo y reducir costes sin afectar al rendimiento de la empresa.

 

Analizar las necesidades de la empresa

Una de las primeras cosas que hicieron fue un estudio energético. Analizaron nuestras facturas de electricidad, evaluaron los patrones de consumo y revisaron la infraestructura del edificio.

Gracias a este análisis, descubrimos que la mayor parte de nuestro gasto energético se concentraba en horario laboral, lo que hacía que el autoconsumo con paneles solares fuera especialmente rentable. Si hubiéramos consumido más energía por la noche, la situación habría sido diferente y habríamos necesitado una solución con baterías.

Aquí va mi primer consejo: no tomes decisiones sin un estudio detallado de tu consumo. Instalar placas solares sin saber cuánto consumes y en qué momentos del día puede hacer que la inversión no sea tan rentable como esperabas.

 

El presupuesto y financiación son una parte clave

Después del estudio, el siguiente paso fue elaborar un presupuesto.

Aquí es donde muchas empresas pueden sentir cierto vértigo, porque la inversión inicial puede parecer alta. Pero, gracias al asesoramiento, descubrí que existían varias ayudas y subvenciones que reducían el coste de la instalación. Además, me explicaron las opciones de financiación disponibles, lo que permitió que el gasto inicial no fuera un problema.

Consejo importante: infórmate bien sobre las ayudas disponibles en tu región. Muchas veces hay subvenciones que pueden cubrir hasta un 40% del coste, lo que hace que la inversión sea mucho más asequible.

 

El proceso de instalación y los trámites administrativos

Una de las cosas que más me preocupaban era el papeleo.

Pensaba que instalar un sistema de autoconsumo iba a ser una pesadilla burocrática, pero, de nuevo, contar con profesionales me evitó muchos dolores de cabeza. Ellos se encargaron de gestionar todos los permisos, la legalización de la instalación y la conexión con la red eléctrica.

La instalación en sí fue rápida y sin complicaciones. En pocos días, mi oficina ya tenía sus paneles solares funcionando y, desde el primer momento, notamos la diferencia en la factura de la luz.

Consejo importante: No te dejes intimidar por los trámites. Asegúrate de elegir una empresa que ofrezca un servicio integral y se encargue de todo el proceso administrativo.

 

Monitorización y optimización del sistema

Gracias a una aplicación, podía ver en tiempo real cuánta energía estábamos generando y cuánta estábamos consumiendo. Esto nos permitió ajustar algunos hábitos en la oficina para aprovechar mejor la energía solar y maximizar el ahorro.

Por ejemplo, decidimos reorganizar algunos horarios de trabajo para aprovechar al máximo las horas de sol. También ajustamos el uso del aire acondicionado y otros equipos eléctricos para que coincidieran con los momentos de mayor producción solar. Estos pequeños cambios marcaron una gran diferencia en la factura.

Consejo práctico: asegúrate de que tu sistema tenga un buen sistema de monitorización. Saber cuánta energía produces y consumes te ayudará a sacarle el máximo partido.

 

Los resultados y la amortización de la inversión

Han pasado varios meses desde que instalamos el sistema de autoconsumo, y los resultados han sido incluso mejores de lo que esperaba. La factura de la luz se ha reducido en más de un 50% y, según las estimaciones, en menos de cinco años habré recuperado la inversión. A partir de ahí, el ahorro será total.

Pero más allá del ahorro económico, hay otros beneficios que no había considerado tanto al principio. La empresa ahora tiene una imagen más sostenible, algo que cada vez valoran más clientes y proveedores. Además, hemos reducido nuestra huella de carbono, lo que me hace sentir que estamos contribuyendo de alguna forma al medio ambiente.

 

La importancia de elegir bien el tipo de instalación

Cuando piensas en autoconsumo, lo primero que viene a la mente son los paneles solares, pero hay muchas opciones disponibles y elegir la más adecuada puede marcar la diferencia.

Dependiendo del espacio disponible en tu oficina, la orientación del edificio y el tipo de consumo, podrías optar por una instalación con baterías para almacenar la energía o incluso combinar varias fuentes renovables.

En mi caso, al consumir la mayor parte de la electricidad durante el día, no necesitábamos baterías, pero si tu empresa tiene un consumo más irregular, esta opción podría ser clave.

Otro factor a considerar es el tipo de conexión: algunas empresas optan por un sistema aislado, sin conexión a la red eléctrica, mientras que otras prefieren un modelo híbrido, que permite vender el excedente de energía a la compañía eléctrica.

Cada opción tiene sus ventajas y desventajas, por lo que contar con asesoramiento experto te ayudará a tomar la mejor decisión.

 

Implicaciones fiscales y ventajas para empresas

Algo que no tenía en cuenta al principio es que la inversión en autoconsumo también puede tener beneficios fiscales.

Dependiendo del país o la comunidad autónoma donde operes, hay deducciones fiscales, bonificaciones en impuestos como el IBI o reducciones en tasas municipales que pueden hacer que la instalación sea aún más rentable. En mi caso, la empresa pudo beneficiarse de ciertas bonificaciones que redujeron el coste de la inversión inicial.

Además, si tienes pensado ampliar tu negocio en el futuro, es importante considerar cómo afectará el autoconsumo a la expansión. Un sistema bien dimensionado puede crecer junto con tu empresa y evitar la necesidad de hacer una segunda inversión. Es recomendable preguntar a los expertos sobre la escalabilidad de la instalación desde el primer momento.

 

Impacto en la cultura empresarial y el equipo

Un aspecto inesperado de la instalación de autoconsumo fue el impacto positivo en mi equipo. No solo redujimos costes y mejoramos la sostenibilidad de la empresa, sino que también logramos que los empleados se involucraran más en el uso responsable de la energía.

Desde que implementamos el sistema, han surgido iniciativas internas para reducir el consumo eléctrico innecesario, como apagar equipos fuera del horario laboral o aprovechar al máximo la luz natural.

Además, el compromiso con la sostenibilidad ha mejorado la percepción de la empresa tanto interna como externamente. Clientes y proveedores valoran que estemos apostando por una energía limpia, y eso ha reforzado nuestra imagen de marca.

No esperaba que un simple cambio en la fuente de energía tuviera un impacto tan positivo en la cultura empresarial, pero sin duda ha sido una grata sorpresa.

 

Consejos finales para empresas que quieran pasarse al autoconsumo

Si estás pensando en instalar energía de autoconsumo en tu empresa, estos son mis principales consejos basados en mi experiencia:

  1. Busca asesoramiento profesional desde el principio. Evitarás errores y te asegurarás de que la instalación es adecuada para tus necesidades.
  2. Realiza un estudio energético previo. No todas las empresas tienen los mismos patrones de consumo, así que necesitas un análisis detallado antes de tomar decisiones.
  3. Infórmate sobre ayudas y subvenciones. Reducirán el coste de la inversión y harán que la rentabilidad sea mayor.
  4. Apuesta por un buen sistema de monitorización. Saber cómo usas la energía te ayudará a optimizar el ahorro.
  5. Piensa en el futuro. Aunque la inversión inicial pueda parecer elevada, los beneficios a largo plazo hacen que merezca mucho la pena.

 

No me arrepiendo de la decisión que tomé

Hoy puedo decir con seguridad que instalar un sistema de autoconsumo en mi oficina ha sido una de las mejores decisiones que he tomado para mi empresa. No solo hemos reducido costes, sino que también hemos apostado por un modelo energético más eficiente y sostenible.

Y sin duda, el asesoramiento adecuado fue la clave para que todo saliera bien.

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